Lo nuestro fue amistad a primera vista


PicMonkey CollageHoy le dije «hasta pronto» a una de mis mejores amigas. No es la más antigua, ni mi cómplice de parrandas, muchos menos es la más parecida a mí, pero sí es una de las personas a la que más quiero y admiro en el mundo. Nos conocimos hace poco más de cuatro años en el trabajo. Tuvo que ser así. De otro modo jamás habríamos coincidido: ella en sus restaurantes vegetarianos y yo en mis locales de cortes argentinos; ella practicando yoga y yo probando diferentes vinos en el bar de moda; ella madrugando para correr y yo trasnochando para bailar. La vida eligió sabiamente unirnos en el trabajo: ella como mi jefa y yo como su autoproclamada mano derecha.

La primera vez que la vi sentí mucha curiosidad por su presencia, casi la misma curiosidad que siente un niño cuando descubre una catarina: no se sabe si vuela, pica o deja baba, pero es tan colorida, chiquita y redondita que no hay más opción que acercarse a investigar, así que eso hice: «Hola, nosotros comemos en una hora. Si quieres, ven a comer con nosotros», le dije. Esa fue la primera de muchas charlas, comidas, cenas, aventuras, fiestas y divertidos debates.

Con ella aprendí un montón de cosas. Tantas y en tantos planos que intentar numerarlas todas sería un rotundo fracaso, por eso solo mencionaré las más emblemáticas. Me enseñó:

  • A practicar las posturas básicas de yoga para hacer el saludo al sol.
  • A llevar una equilibrada administración entre proteínas, carbohidratos y grasas.
  • A ser amable ante las situaciones más desesperantes.
  • A ser paciente para obtener los mejores resultados.
  • A entender y apreciar las particularidades de cada persona.
  • A dar siempre segundas oportunidades.
  • A ser política en cuestiones de amor y desamor.
  • A ser cordial incluso con aquellos que no se lo merecen.
  • A intentar ayudar siempre a todo el que necesite ser ayudado.

También me comprobó, sin buscarlo, algunas hipótesis:

  • Existen personas que pueden desvelarse, bailotear toda la noche y divertiste como si se hubieran bebido una botella sin siquiera sorber un trago de alcohol.
  • El fin primero y último del dinero y los bienes materiales es ser compartido.
  • El fin primero y último de los bienes intelectuales y espirituales es ser compartido.
  • Un montón de sabiduría puede caber en el envase más nuevo y pequeñito que jamás hayas visto.
  • Ese frasquito de cristal, que parece a simple vista el más frágil del aparador, puede resultar asombrosamente indestructible.
  • El tamaño de una persona no es directamente proporcional al tamaño y peso de la bolsa que puede cargar.
  • Es posible verte bien sin maquillaje.
  • Sí existen «moneditas de oro» que le caen bien a todo el mundo.
  • En el mundo existen subnormales anormales a los que no les caen bien las «monedas de oro».

Y un muy largo etcétera…

Hoy llegó el momento de despedirnos porque, por el momento, no vamos a convivir de la misma forma en la que lo hemos hecho hasta ahora. Y eso, aunque al final resultará ser para bien, estruja el corazón. Por eso nos despedimos con el mismo abrazo corto que nos damos todos los días. Yo no quería llorar y ella tampoco (aunque ambas sabemos que esa es la mejor forma de lavar el alma). Decidimos juntas, y con la complicidad silenciosa que nos caracteriza, no derramar lágrimas; porque preferimos celebrar el gusto de habernos conocido y no la tristeza de separarnos; porque preferimos agradecer que forjamos una amistad para toda la vida y no abatirnos por el término de una ‘esporádica’, aunque maravillosa, relación laboral.

Hoy, que parece, y solo parece, que nos alejamos, quiero decirte: gracias por todas las risas, por todo el llanto, por todas las lecciones aprendidas, por ser mi jefa y compañera de batallas, por cumplir uno de mis sueños cuando me elegiste para llevar aquel arreglo de flores a un lugar muy especial, por los bailes, por las confesiones mutuas y por las complicidades. Gracias por quererme y por dejarme formar parte de tu vida. ¡Yo también te quiero mucho, hermanita, y, como siempre, vamos por más! ¡A conquistar el mundo!

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